Okakura y Valle, dos apellidos para la tienda de té…
Hace algo más de dos años, cuando decidí abrir la tienda de té y andaba planificando todo lo necesario: la ubicación, su diseño, proveedores etc. había algo que me hacía disfrutar de forma especial y no era otra cosa, que elegir su nombre.
En aquel tiempo en que mi oficio era vendedor de té a tiempo parcial y la idea de la tienda rondaba mi cabeza, un libro llegó a mis manos y cómo no!?, naturalmente era El Libro del Té, de Kakuzo Okakura. La lectura de esta obra, no pudo tener mayor impacto en aquellos días… en los que intentaba volver a definir mi Camino, mi oficio y mi vida.
Tal fue la impresión que me produjo este autor a través de su obra y después más aún conociendo su biografía, que en un arrebato de pasión japonesa, estuve a punto de llamar a la tienda Okakura, en una suerte de honor a mi admirado escritor.
Después de valorar mi apasionada elección frente a las todopoderosas leyes del márketing, junto a los serenos y valiosos consejos de cercanos y amigos, apareció otro nombre, de nuevo otro apellido y en este caso, el de mi madre: Valle.
Y así, desde la calma, y manteniendo intacta mi fascinación por Okakura, defensor y preservador del arte y la cultura tradicional japonesa, finalmente el linaje materno tuvo más peso y es que con “un Valle” y el Té, no hay que explicar mucho más. Estaba ahí.
Hoy que es el día de la Madre, me resultaba más que oportuno compartir esta historia de nombres, apellidos de Madre y Té. Gracias Okakura por inspirarme a seguir una forma de Ser y Gracias madre Benita, por darme un ejemplo de Estar.
Muchas felicidades para todas las Madres que, como los Samuráis… siguen siendo las que están al servicio. Gracias.