Los tés blancos, conocidos como el Té de los Emperadores o Té de la belleza, son los más suaves y delicados. Son livianos, de poco cuerpo y color y en cambio, de una gran complejidad de sabor.
Su nombre se toma por las hojas de las que se hace y que no son otras que los brotes y las primeras hojas de la planta, cubiertos de un vello blanco que le dan un aspecto blanco o plateado.
Son tés con un alto nivel de antioxidantes, al igual que vitamina C y su nivel de teína es muy bajo, con lo que lo hacen perfecto para disfrutarlo en cualquier momento del día, especialmente en la tarde o incluso noche.